ABSTRACT
El uso de las técnicas de monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) ha permitido describir una variación de la presión arterial a lo largo del día relacionada con la secuencia de actividad y descanso del individuo. Por lo general la curva de presión disminuye durante la noche, llegando a su máximo descenso durante la fase REM, o sea, durante el período de sueño profundo. La ausencia del descenso nocturno fisiológico produce un aumento del riesgo cardiovascular respecto a aquellos enfermos con un normal descenso nocturno de la presión arterial (PA). Esta curva clásica puede alterarse en diversas situaciones como en la insuficiencia renal o en diabéticos tipo I. El efecto de los trastornos endocrinos sobre el ritmo circadiano de la presión arterial está peor definido. La causa principal de que ocurra este fenómeno parece estar relacionada de forma fundamental con la carga de sodio que el paciente recibe y su sensibilidad a la sal. (AU)