ABSTRACT
Se estudiaron 100 doadores voluntarios de sangre, con reacciones serológicas positivas para enfermedad de Chagas, en los que se excluyó la hipertension arterial, enfermedad valvular, cardiopatía congénita, enfermedad coronaria, diabetes, alcoholismo o enfermedad tiroidea. Todos prevenían de áreas de endemia, si bien residían en la ciudad de Buenos Aires o el conurbano en el momento de la encuesta. El 23 por ciento presentó alateraciones en el examen clínico, radiológico y/o electrocardiográfico que se consideraron propias de la cardiopatia chagásica. Se comparó este grupo con los restante 77 por ciento sin evidencia de cardiopatía. No hubo diferencias significativas en la edad, el sexo, el tipo de vivienda habitada en el área de origen, ni en los antecedentes familiares de tripanosomiasis americana. Los portadores de miocardiopatía tuvieron en cambio un promedio mayor de permanencia en el área de endemia, una prevalencia mayor de conocimiento del vector transmisor de la enfermedad, así como de aceptar la probabilidad de haber sido picado por el mismo. Un porcentaje mayor de los mísmos provenía de la provincia de Santiago del Estero, territorio reconecido como de una mayor infestación de triatómidos. Todas estas diferenciais tuvieron significación estadísticas. Los resultados sugieren que la miocardiopatía chagásica es más probable cuando existe una mayor exposición a los vectores y una mayor infestación de los mismos, probablemente como consecuencia de la reiteración del inóculo.
Subject(s)
Humans , Male , Female , Adult , Blood Donors , Chagas Disease , Age Factors , Chagas Cardiomyopathy , Prevalence , Time FactorsABSTRACT
Se estudiaron 100 doadores voluntarios de sangre, con reacciones serológicas positivas para enfermedad de Chagas, en los que se excluyó la hipertension arterial, enfermedad valvular, cardiopatía congénita, enfermedad coronaria, diabetes, alcoholismo o enfermedad tiroidea. Todos prevenían de áreas de endemia, si bien residían en la ciudad de Buenos Aires o el conurbano en el momento de la encuesta. El 23 por ciento presentó alateraciones en el examen clínico, radiológico y/o electrocardiográfico que se consideraron propias de la cardiopatia chagásica. Se comparó este grupo con los restante 77 por ciento sin evidencia de cardiopatía. No hubo diferencias significativas en la edad, el sexo, el tipo de vivienda habitada en el área de origen, ni en los antecedentes familiares de tripanosomiasis americana. Los portadores de miocardiopatía tuvieron en cambio un promedio mayor de permanencia en el área de endemia, una prevalencia mayor de conocimiento del vector transmisor de la enfermedad, así como de aceptar la probabilidad de haber sido picado por el mismo. Un porcentaje mayor de los mísmos provenía de la provincia de Santiago del Estero, territorio reconecido como de una mayor infestación de triatómidos. Todas estas diferenciais tuvieron significación estadísticas. Los resultados sugieren que la miocardiopatía chagásica es más probable cuando existe una mayor exposición a los vectores y una mayor infestación de los mismos, probablemente como consecuencia de la reiteración del inóculo. (AU)