ABSTRACT
The singularity of biomedical research on children requires specific criteria that cater to the delicate interests in play. Quality research can be regarded as a fundamental right and is also an indispensable tool for human, medical and scientific progress. Research on children is also necessary and advisable in order to be able to attend to their specific needs, but it requires additional guarantees which should be applied to the assessment of research. This paper analyzes the main issues related to the binding principle of best interests of the child in the field of biomedical research, and contends that it can be useful for biomedical research decisions on children, though not in its absolute interpretation which holds that the best interests of the child should prevail over any other, but rather in an interpretation geared more towards the child's wellbeing (Kindeswohl), seeking the conscientious protection of under-age children. Only such an interpretation could permit research which does not benefit the child, provided that the burden and risk were minimal. According to this, the author proposes the term "wellbeing of the child" to replace the concept of the best interests of the child in the pertinent legislation
La singularidad de la investigación biomédica en niños requiere criterios específicos que se ajusten a los delicados intereses en juego. La investigación de calidad puede considerarse como un derecho fundamental y también una herramienta indispensable para el progreso humano, médico y científico. La investigación en niños es también necesaria y aconsejable para poder atender sus peculiaridades específicas, pero requiere garantías adicionales que deben aplicarse a la evaluación de la investigación. Este artículo analiza las principales cuestiones relativas al principio del interés superior del menor, de carácter vinculante, en la investigación biomédica. Se destaca la utilidad del principio en este campo, aunque no en su interpretación absoluta que hace prevalecer dicho interés sobre cualquier otro, sino en una interpretación más orientada a su bienestar (Kindeswohl), buscando la protección concienzuda de los menores de edad. Solo una interpretación de este tipo podría permitir una investigación que no beneficie al menor, siempre que la carga y el riesgo sean mínimos. De acuerdo con esto, la autora propone el término "bienestar del niño" para reemplazar el concepto del interés superior del menor en la legislación pertinente
