ABSTRACT
La automedicación responsable es una práctica aceptada por las instituciones y la industria sanitarias. Sinembargo, debe ser controlada por profesionales cualificados ya que puede implicar riesgos si el paciente no tiene una formación sanitaria adecuada.Objetivos: Valorar la actuación del farmacéutico comunitario ante la demanda de consejo o indicaciónfarmacéutica para una determinada dolencia, así como de medicamentos sin prescripción médica. Cuantificarlas patologías más prevalentes que son motivo de consulta en la farmacia comunitaria; promover eluso racional del medicamento controlando, en la medida de lo posible, la automedicación; y confirmar si laindicación y la dispensación farmacéutica son plataforma para el seguimiento farmacoterapéutico.Método: Estudio descriptivo sobre pacientes que acuden a la oficina de farmacia siguiendo un protocolosistemático de información de estos pacientes y registrando la actuación del farmacéutico en cada caso.Resultados: El protocolo se aplicó a 185 pacientes que solicitaron el servicio de indicación farmacéutica y177 pacientes que solicitaron un medicamento concreto. La edad del 59% de los pacientes estaba en un rangode 15-40 años, el 90% no tenía alergia a ningún medicamento, ni historia de patologías anteriores y el 85% de las consultas fue de procesos banales. Al 60% de los individuos incluidos en el estudio se le indicó o dispensó una especialidad publicitaria y al 15,75% se les derivó a otros servicios sanitarios.Conclusiones: El farmacéutico es identificado, por un grupo importante de pacientes, como el primereslabón en la cadena sanitaria para resolver problemas de salud «menores», que al experimentar mejoríade forma perceptible no requieren la visita al médico de atención primaria. En estos casos, el farmacéuticopuede realizar un importante papel en el uso racional del medicamento. Además, el registro sistemático delas actuaciones sirve de base para iniciar el seguimien-to farmacoterapéutico en aquellos pacientes en los quese detecte esta necesidad
Responsible self-medication is a practice commonly accepted by sanitary institutions and pharmaceuticalindustry. However, due to its inherent risks when the patient lacks an adequate sanitary education, it has tobe supervised by qualified professionals.Objectives: To evaluate the role of the community pharmacist faced with patients need for counseling orpharmaceutical indication for a specific malady, as well as dispensing drugs without medical prescription.To quantify the most prevalent pathologies that people ask about in the community pharmacy; to encouragethe rational drug use by means of controlling, if possible, self-medication; and to assess if indication and pharmaceutical dispensation are a good platform for pharmacotherapy follow-up.Method: Descriptive study on patients who visit the community pharmacy, following a systematic informationprotocol and recording the intervention of the pharmacist in each case.Results: The protocol was applied to 185 patients who requested pharmaceutical indication and to 177patients who demanded a specific drug. The age range of 59% of the patients was 15-40 years, 90% did notsuffer from any drug allergies, nor did they have a history of former pathologies and 85% of the consultations were about banal processes. Sixty per cent of the subjects included in the study received indication or dispensation of an «over the counter» drug and 15.75% of the patients were diverted to other sanitary services.Conclusions: An important number of patients consider that the pharmacist is the first link of the healthsystem in order to solve «minor» problems, and as they experience a substantial improvement, it is not necessaryfor them to visit the primary care doctor. In these cases, the pharmacist may play a paramount role inpromoting rational drug use. Moreover, the systematic recording of the pharmacists interventions is a firststep for pharmacotherapy follow-up in those patients where the need is detected (AU)
