ABSTRACT
El asa ileal es el método de derivación más usado desde su difusión a la actualidad, mereciendo no obstante numerosas objeciones. Se empleó el mismo en 23 pacientes, en su mayoria con diagnóstico de neoplasia vesical. Además de la anastomosis ureteroileal clásica descrita por Bricker se utilizó en algunos casos la conocida como Wallace II. Se exponen detalles de técnica, complicaciones posoperatorias y resultados más o menos alejados (AU)
Subject(s)
Middle Aged , Aged , Humans , Male , Female , Urinary Diversion/methods , Ileum , Postoperative Complications , Gallbladder Neoplasms/surgeryABSTRACT
El asa ileal es el método de derivación más usado desde su difusión a la actualidad, mereciendo no obstante numerosas objeciones. Se empleó el mismo en 23 pacientes, en su mayoria con diagnóstico de neoplasia vesical. Además de la anastomosis ureteroileal clásica descrita por Bricker se utilizó en algunos casos la conocida como Wallace II. Se exponen detalles de técnica, complicaciones posoperatorias y resultados más o menos alejados
Subject(s)
Middle Aged , Humans , Male , Female , Urinary Diversion/methods , Ileum , Gallbladder Neoplasms/surgery , Postoperative ComplicationsSubject(s)
Adult , Middle Aged , Aged , Humans , Female , Gestonorone Caproate , Endometrium , Uterine NeoplasmsABSTRACT
En distintas estadísticas, la proporción de lesiones ureterales en las operaciones ginecológicas varían entre 0,3 y 14%, estando en relación directa con la naturaleza de la intervención efectuada. El manejo adecuado de estas lesiones comienza con una sistemática de evaluacion del tipo y nivel de la injuria, así como de las repercusiones sobre el tracto superior. El tratamiento depende de que el diagnóstico se efectúe durante o posteriormente a la operación. En este último caso estará en relación con el tiempo transcurrido, el estado del aparato urinario y las condiciones generales del paciente. En determinadas circunstancias, la derivación transitoria es la medida más razonable, postergando la reparación definitiva para cuando las condiciones del paciente permitan esperar mejores resultados. El urograma excretor pre y posoperatorio resulta mandatario en la oncocirugía ginecológica (AU)
Subject(s)
Humans , Adolescent , Adult , Middle Aged , Aged , Female , Hysterectomy/adverse effects , Ovariectomy/adverse effects , Ureter/injuries , Uterine Cervical Neoplasms/surgery , Intraoperative Complications , Myoma/surgery , Ovarian Neoplasms/surgery , Uterine Neoplasms/surgerySubject(s)
Adult , Middle Aged , Humans , Female , Endometrium , Gestonorone Caproate , Uterine NeoplasmsABSTRACT
En distintas estadísticas, la proporción de lesiones ureterales en las operaciones ginecológicas varían entre 0,3 y 14%, estando en relación directa con la naturaleza de la intervención efectuada. El manejo adecuado de estas lesiones comienza con una sistemática de evaluacion del tipo y nivel de la injuria, así como de las repercusiones sobre el tracto superior. El tratamiento depende de que el diagnóstico se efectúe durante o posteriormente a la operación. En este último caso estará en relación con el tiempo transcurrido, el estado del aparato urinario y las condiciones generales del paciente. En determinadas circunstancias, la derivación transitoria es la medida más razonable, postergando la reparación definitiva para cuando las condiciones del paciente permitan esperar mejores resultados. El urograma excretor pre y posoperatorio resulta mandatario en la oncocirugía ginecológica