ABSTRACT
Objetivo: establecer la utilidad de la ecografía en la predicción de la existencia de una cirrosis hepática en pacientes con enfermedad hepática crónica clínicamente silente. Diseño experimental: estudio prospectivo y ciego. Inmediatamente antes de la realización de laparoscopia y/o biopsia hepática se practicó una ecografía abdominal, con estudio Doppler. Mediante regresión logística múltiple se determinó el valor predictivo para la presencia de cirrosis de 18 variables analizadas. Mediante curvas ROC se estableció la precisión de las variables predictoras para determinar la presencia o ausencia de cirrosis. Pacientes: ciento trece pacientes consecutivos sin indicios clínicos ni bioquímicos de enfermedad hepática avanzada ingresados para filiación de una hepatopatía crónica. Resultados: el tamaño hepático, la irregularidad de la superficie hepática, la alteración en su ecoestructura, el aplanamiento de la onda de flujo de la vena suprahepática, la dilatación de las venas porta y esplénica, la disminución de las modificiaciones del calibre de la vena esplénica con la respiración, la presencia de circulación colateral y la evidencia de esplenomegalia se asociaron a la presencia de cirrosis. La valoración conjunta de la ecoestructura hepática, el calibre de la vena porta y el tamaño del bazo permitió establecer el diagnóstico de cirrosis con una sensibilidad del 80 por ciento, especificidad del 92 por ciento y precisión del 89 por ciento. Conclusiones: la ecografía permite analizar correctamente la presencia o ausencia de cirrosis aún en pacientes sin indicios clínicos de insuficiencia hepatocelular ni hipertensión portal. La mayor precisión diagnóstica se obtiene mediante la valoración conjunta de la alteración en la ecoestructura hepática, el calibre de la vena porta y el tamaño del bazo (AU)