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2.
Arch Esp Urol ; 54(6): 541-54, 2001.
Article in Spanish | MEDLINE | ID: mdl-11512398

ABSTRACT

OBJECTIVES: This study was carried out 1) to analyze the growth and clinical manifestations of renal adenocarcinoma; 2) to determine the presence of tumor, its malignant nature, size, local extent or distant spread and route of dissemination according to the imaging methods utilized, and 3) to determine the accuracy of the different imaging procedures, such as IVP, US, CT, and MRI, in staging renal adenocarcinoma. These objectives attempted to provide answers to the following questions: a) Are there currently substantial changes in the biological behavior of renal adenocarcinoma?, b) Does the route of tumor dissemination (direct infiltration through the capsule, lymphohematogenous, cancer embolus carried by the bloodstream to a distant location) affect the rate of progression to stages III and IV?, and c) What are the most relevant findings of the imaging methods that aid in determining the extent of the renal tumor? METHODS: 106 renal masses were evaluated; of these, 93 were renal adenocarcinomas. The diagnosis, clinical evaluation and preoperative staging were based on the clinical history, physical examination, symptoms and imaging methods (IVP, US, CT, and MRI) to assess renal morphological changes, presence of calcifications, mass effect, tumor mass ultrasound characteristics, densitometry or MR signal pattern, perinephric fat involvement, venous vasculature, involvement of renal fascia, locoregional lymph nodes or metastasis and distant neoplastic changes. RESULTS: A third of the tumors had a size greater than 10 cms and practically half were 5-10 cms in size. Calcifications were found in 47%; 85% were punctiform and showed a central location. 88% of the tumors showed areas of necrosis. Due to the presence, in most of the cases, of a viable tumor, necrosis, calcification or cystic degeneration, the adenocarcinomas showed a very inhomogeneous ultrasound pattern and with varying degrees of vascularization on CT volumetric assessment. Invasion of perinephric fat and tumor fibrous septae were found in 65% on CT evaluation, although MRI was particularly sensitive in detecting fat infiltration in the early stages of perinephric involvement, venous thrombosis, involvement of adjacent and distant organs and tumor hemorrhagic changes. CONCLUSIONS: In determining the biological behaviour of renal adenocarcinoma, preoperative staging of infiltration and prognosis, US, volumetric CT and MRI are currently the diagnostic methods with the highest accuracy, specificity and sensitivity. These diagnostic methods allow early detection of tumors thereby making them potentially curable. Lymphatic drainage of the tumor may be determinant in its more or less rapid progression from Robson stage II to IIIa and IIIb, and thereafter to stage IV. CT and MRI showed a higher accuracy for tumor detection, localization, determining local extent, tumor characterization and staging. Detection of a tumor pseudocapsule comprised of reactive fibrous tissue and compact renal parenchyma by CT or MRI allows determination of the borders of the renal tumor. Lymph node involvement radically changes the prognosis and survival in renal adenocarcinoma.


Subject(s)
Adenocarcinoma/diagnosis , Kidney Neoplasms/diagnosis , Aged , Humans , Middle Aged
3.
Arch. esp. urol. (Ed. impr.) ; 54(6): 493-510, jul. 2001.
Article in Es | IBECS | ID: ibc-1710

ABSTRACT

Los OBJETIVOS fundamentales que debe perseguir cualquier actuación diagnóstica con métodos radiológicos tras el reconocimiento de un tumor en la vejiga urinaria, son los siguientes: 1) La identificación de su naturaleza y estructura histológica. 2) El establecimiento de la profundidad de crecimiento del tumor en la pared vesical. 3) La localización y posible inclusión del uréter y el trígono en la invasión neoplásica. 4) La posible afectación de la red linfática parietal. 5) La determinación de si existe o no enfermedad metastásica en las estaciones regionales y/o a distancia. La ordenación de estos objetivos y la respuesta que obtengamos de los diferentes modos diagnósticos empleados es condición indispensable para establecer un planteamiento terapéutico óptimo y elaborar un pronóstico. MÉTODOS: En la realización de este trabajo se estudiaron 160 pacientes con sospecha o confirmación previa de tumor vesical. Los métodos radiológicos de estudio empleados fueron: radiología convencional, incluyen UIV, cistografía retrógrada y cistografía de doble contraste; ultrasonografía; tomografía computadorizada y resonancia magnética. RESULTADOS: El análisis de imagen obtenido nos permitió la valoración de 18 parámetros morfológicos, entre los que se encuentran con mayor relevancia los de: presencia de ureterohidronefrosis, defecto/s de repleción, localización tumoral, bases de implantación, ángulos tumor/mucosa, rigidez parietal, espesor total de la pared, visualización de cambios en el espacio pericistal y grado de afectación linfática pélvica. La visualización de un defecto de repleción vesical confirma la presencia de tumor vesical. Los elementos predictivos tales como, la presencia de rigidez parietal y la asimetría luminal, en el entorno del comportamiento biológico de los tumores vesicales, expresan característicamente la capacidad invasiva del tumor. Los ángulos tumor-mucosa que se obtienen, relacionados con la base de implantación y con cambios de edema peritumoral expresan mayores grados de infiltración para los obtusos y menor grado para los agudos. El auténtico reto de los modos de imagen en el estudio del cáncer vesical es la determinación fiable del estadio en que se encuentra el tumor o tumores. Tanto la TC como la RM se utilizan para cuatro aspectos básicos del análisis previo al tratamiento del cáncer vesical: 1) La apariencia del tumor; 2) La presencia o ausencia de invasión perivesical; 3) La presencia o ausencia de invasión de los órganos adyacentes y 4) La presencia o ausencia de adenopatías. La fiabilidad de la TC en el estadiaje tumoral la estimamos con un rango del 88 al 92 por ciento para los estadios D1 y baja al 85 por ciento y el 80 por ciento para los estadios C y B2 respectivamente, mientras que, la RM alcanza fiabilidades del 95 por ciento en estadios B2 y desciende hasta el 85 por ciento en estadios que comprometen a los órganos adyacentes como próstata, útero o vagina. CONCLUSIONES: En la dependencia de estos resultados, se podría establecer que: 1) La detección tumoral puede establecerse con altos índices de fiabilidad diagnóstica por métodos radiológicos convencionales en conjunción con métodos de ultrasonografía, bien transabdominal o transrectales. 2) La determinación del estadio infiltrativo del tumor pasa, fundamentalmente, con el análisis del espesor parietal, amplitud de la base de implantación, ángulos tumor-mucosa y análisis del espacio pericistal. Para ello, los métodos TC y RM proporcionan suficiente información con altas fiabilidades diagnósticas. 3) Si la TC presenta algún tipo de problemas en la franca determinación del estadio infiltrativo parietal, la RM presenta, con el uso de medios de contraste paramagnéticos, una mayor discriminación en estadios tumorales B2 y C y es muy similar a la TC en el reconocimiento de afectación linfática pélvica o retroperitoneal (AU)


Subject(s)
History, 19th Century , History, 20th Century , Humans , Urography , Magnetic Resonance Imaging , Urinary Bladder Neoplasms
4.
Arch. esp. urol. (Ed. impr.) ; 54(6): 541-554, jul. 2001.
Article in Es | IBECS | ID: ibc-1706

ABSTRACT

Los OBJETIVOS generales se enmarcan en: 1) Analizar el crecimiento y manifestaciones clínicas del adenocarcinoma renal; 2) Determinar en base a los métodos radiológicos empleados, la presencia de tumor, el carácter maligno del mismo, el tamaño y extensión local o a distancia y las vías de diseminación así como precisar, 3) la fiabilidad de los distintos métodos de adquisición de imagen como la UIV, US, TC y RM respecto al estadiaje del adenocarcinoma renal. Estos objetivos básicos se encuentran diseñados en base al ejercicio de las siguientes cuestiones: a) ¿Existen actualmente variaciones sustanciales dentro del comportamiento biológico del adenocarcinoma renal? b) Las vías de diseminación marcadas por el tumor, a saber: (1) Infiltración directa a través de la cápsula; (2) Linfohematógena y (3) Hematógena por émbolos de células neoplasicas, ¿marca la velocidad de paso de los estadios III y IV? y c) ¿Cuáles son los datos radiológicos más ponderables en lo referente a los distintos métodos de imagen para determinar la extensión del tumor renal? MÉTODOS: Para la consecución de estos objetivos se evaluaron 106 masas renales, de las que 93 se correspondieron con adenocarcinomas renales. Los métodos diagnósticos, valoración clínica y estadiaje pre-quirúrgico se protocolizaron en base a Hª clínica, exploración física, sintomatología y modos radiológicos (UIV, ASD, US, TC y RM) y se valoraron como parámetros las alteraciones del contorno renal, presencia de calcificaciones, efecto masa, características ecoestructurales de la masa, comportamiento densitométrico o de señal RM, afectación de la grasa perinéfrica, estado de las redes vasculares venosas, afectación de las fascia renal, presencia de nodos linfáticos loco-regionales o metástasis y cambios neoplásicos a distancia. RESULTADOS: Un tercio de los tumores estudiados presentó un tamaño superior a 10 cms y, prácticamente la mitad entre 5 y 10 cms. La presencia de calcificaciones se detectó en un 47 por ciento de la población tumoral y en un 85 por ciento de la misma fue de topografía central y de morfología puntiforme. El 88 por ciento de los tumores presentaron áreas de necrosis. Debido a la presencia, en la mayoría de los casos, de tumor viable, necrosis, calcificación o degeneración quística, los adenocarcinomas tuvieron un comportamiento muy dishomogéneo en ultrasonografía y con variables grados de vascularización en TC volumétrica. La infiltración de la grasa perinéfrica y de los septos fibrosos de la misma se registró en un 64 por ciento en TC, aunque, la RM se mostró especialmente sensitiva para la detección de infiltración grasa en etapas tempranas de afectación perinéfrica y para la detección de trombosis venosa, afectación de órganos por contiguidad y a distancia y ante cambios hemorrágicos tumorales. CONCLUSIONES: En la determinación del comportamiento biológico de un adenocarcinoma y en la estimación del estadío infiltrativo pre-quirúrgico así como en la emisión de un pronóstico, la Ultrasonografía, la TC volumétrica y la RMI suponen, en el contexto diagnóstico actual los modos diagnósticos de más alta fiabilidad, sensitividad y especificidad. Debido a la accesibilidad actual a estos modos diagnósticos: 1) El descubrimiento temprano del tumor hace que éste sea potencialmente curable. 2) El drenaje linfático del tumor puede ser determinante de la evolución más o menos rápida desde los estadios II de Robson a los III(a) y III(b) y, desde éstos, a los IV de Robson. 3) La mayor fiabilidad en la determinación de: a) presencia de tumor, b) localización; c) extensión local, d) caracterización y e) estadiaje, pertenecen a la TC y RM. 4) La detección de una pseudocápsula tumoral, compuesta por tejido fibroso reactivo y parénquima renal comprimido, bien sea mediante TC o RM, determina los límites del tumor renal.5) El elemento evolutivo que cambia radicalmente el pronóstico y la supervivencia en el adenocarcinoma es la afectación linfátic (AU)


Subject(s)
Middle Aged , Aged , Humans , Adenocarcinoma , Kidney Neoplasms
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