ABSTRACT
El movimiento de autoayuda ha cobrado relevancia en las dos últimas décadas, sobre todo en la atención dirigida a personas con enfermedades físicas y psicológicas. La filosofía que encarnan los grupos de autoayuda, reconoce, desarrolla y estimula el poder de las personas para ayudarse a sí mismas a la vez que ayuda a otras personas para que también lo hagan. El conocimiento adquirido a través de la experiencias ya vividas y el aprendizaje de otras distintas sirven de reclamo para los futuros miembros de estos grupos. No obstante algunas de las características particulares a estos grupos como son la asistencia voluntaria, la heterogeneidad en su composición o la ausencia de una única finalidad suponen unas limitaciones a los beneficios que pudieran deparar a sus integrantes. Se subraya la complementariedad de los sistemas formales e informales de ayuda (AU)