ABSTRACT
La enfermedad trofoblástica gestacional (ETG) es un trastorno proliferativo del trofoblasto. Incluye la mola hidatidiforme, el coriocarcinoma, la mola invasiva, el tumor trofoblástico del lecho placentario y el tumor trofoblástico epitelioide. Las últimas cuatro hacen parte de la neoplasia trofoblástica gestacional, que agrupa menos del 1% de todos los tumores ginecológicos. La incidencia de la ETG puede variar, siendo aproximadamente de 1 a 3 de cada 1.000 embarazos en América del Norte y Europa. El coriocarcinoma es la forma más agresiva por su rápida invasión vascular y compromiso metastásico. Sin embargo, es un tumor muy quimiosensible con una alta tasa de respuestas y posibilidad de curación superior al 90%. Se presenta el caso de una paciente de 40 años quien ingresó al servicio de urgencias por disnea súbita secundaria a tromboembolia pulmonar y posteriormente tras el inicio de anticoagulación presentó hemoperitoneo debido a lesiones hepáticas metastásicas de un coriocarcinoma, además de compromiso metastásico pulmonar. Se presenta este caso por ser una patología poco frecuente, agresiva y con presentaciones inusuales, con el fin de mostrar la importancia de un diagnóstico y tratamiento oportuno.
Gestational trophoblastic disease (GTD) is a condition in which the trophoblast, a layer of cells surrounding the embryo, develops abnormally. GTD includes both pre-malignant and malignant pathologies, such as hydatidiform mole, choriocarcinoma, invasive mole, placental site trophoblastic tumor, and epithelioid trophoblastic tumor. Although GTD is rare, it affects about 1 to 3 out of every 1,000 pregnancies in North America and Europe. Choriocarcinoma is the most aggressive form of GTD, as it can quickly invade blood vessels and metastasize to other parts of the body. However, it is highly responsive to chemotherapy, with a cure rate of over 90%. In this case, a 40-year-old patient presented to the emergency department with sudden dyspnea due to pulmonary embolism. After starting anticoagulation therapy, she developed hemoperitoneum due to the spread of choriocarcinoma to her liver, as well as pulmonary metastases. This case is noteworthy because of its unusual presentation and aggressive nature, underscoring the importance of early diagnosis and treatment.