ABSTRACT
Recientemente se ha comentado mucho en la opinión pública de temas como la seguridad ciudadana, la criminalidad y en general de la violencia social y su aumento en Costa Rica. Con el fin de brindar un panorama actualizado de un indicador objetivo como los homicidios se realizó el presente trabajo, en el cual se revisaron todas las autopsias de 2008 (un total de 3264) efectuadas en el Departamento de Medicina Legal de Costa Rica. Se obtuvo que una sexta parte de las mismas correspondió a homicidios, lo cual generó una tasa de mortalidad de 11,36 por 100000 habitantes, por mucho la más alta en la historia contemporánea de nuestro país. El perfil predominante de las víctimas fue: ser de sexo masculino, en edad económicamente productiva, con fatalidades acaecidas en la noche, los fines de semana, en la capital y las provincias portuarias, con fallecimiento en el sitio del suceso por heridas por proyectil de arma de fuego en cabeza, cuello y tórax, con presencia de alcohol y cocaína en un porcentaje significativo de las víctimas. A pesar de la complejidad de los factores que originan este fenómeno, se insiste en la prevención de la violencia social desde el núcleo familiar.
Recently, in Costa Rica, topics like citizen security, crime rates and social violence have been a topic on public opinion. There are two positions: violence has increased and violence has not increased. We made this investigation for to give an update of the panorama of homicides in Costa Rica, one of the most important and objective indicator of social violence. We have analyzed all autopsies (a total of 3264) occurred during the year 2008 which were made by the Departamento de Medicina Legal de Costa Rica. From these revision, we obtained that one sixth of these autopsies were homicides, which means that the mortality rate was 11.36 per 100000 habitants, the highest of the modern Costa Rican history. The most common profile of the victims was: male, productive age, homicides occurred predominantly during nights, weekends in capital and main harbor provinces, with death at the scene by gunshot in head, neck or chest; a significant percentage were under alcohol and cocaine effects. We insist in the prevention by education fron the family care as a fundamental tool to avoid social violence.