ABSTRACT
El uso generalizado de Internet entre los adolescentes ha propiciado el ciberacoso. Los testigos desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento y el fortalecimiento del acoso. El rasgo de atención plena (AP) se ha asociado con comportamientos prosociales, así cabe pensar que existe relación entre este rasgo y el papel adoptado por los testigos de ciberacoso. 2015 estudiantes de 11-19 años completaron medidas de ciberacoso, rasgo de AP y papel de espectador. Ante una situación de acoso online, el 74,3% se declaró a favor de la víctima y el 7,8% a favor del perpetrador. Para analizar las diferencias en el rasgo AP según el papel del espectador, se realizó un MANCOVA que resultó ser significativa para las siguientes facetas de atención plena: observar, describir, actuar con conciencia y no juzgar. El análisis no resultó significativo para la faceta de no reactividad. Las víctimas y los agresores obtuvieron puntuaciones más altas en la observación que aquellos que no apoyaron ni a la víctima ni al agresor. Se discuten las implicaciones y limitaciones. (AU)
The widespread use of the Internet among adolescents has led to cyberbullying. Bystanders play a vital role in sustaining and strengthening bullying. As trait mindfulness has been associated with prosocial behaviors, there is good reason to believe that there is a relationship between the mindfulness trait and the role adopted by cyberbullying bystanders. A cross-sectional study was employed with a sample of 2015 students aged 11-19 years. The participants completed the measures for cyberbullying, trait mindfulness, and their role as bystanders. The results revealed that 74.3% and 7.8% of them were identified as provictim and pro-perpetrator, respectively. MANCOVA was employed to analyze the differences in the characteristics of trait mindfulness according to the role of bystander with corrected age, and its use was significant for the following factors: Observing, describing, acting with awareness, and nonjudging. No significant differences were observed in the nonreactivity factor. Provictims and pro-perpetrators scored higher on observing than those who supported neither the victim nor the perpetrator. Implications and limitations are discussed. (AU)
