RESUMEN
El SIDA y la hepatitis B son enfermedades producidas por agentes etiológicos virales que comparten las mismas vías de transmisión, a saber: el contacto sexual, el uso compartido de jeringas (drogadicción), las transfusiones y la vía transplacentaria. La probabilidad de transmisión a través de las prácticas neurofisiológicas, por el uso de electrodos de aguja o de superficie colocados sobre piel dañada, es mínima o inexistente. No obstante, dada la posibilidad potencial de la misma, el equipo de salud debe ceñirse al empleo de recomendaciones o normas de seguridad adecuadas a los fines de evitar la transmisión de paciente a paciente, así como de paciente al personal médico o técnico. Las normas propuestas contemplan la utilización de métodos de limpieza, decontaminación y esterilización de los materiales empleados, así como la forma de proceder ante casos de accidentes imprevistos. Las mismas están basadas en las Normas de Bioseguridad del Ministerio de Salud y Acción Social de la República Argentina, las guías para la prevención de la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana y de la hepatitis B del Centro para el Control de Enfermedades de los EE.UU. y las recomendaciones de la Academia Americana de Neurología
Asunto(s)
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida/prevención & control , Esterilización/métodos , Hepatitis B/prevención & control , Control de Enfermedades Transmisibles/métodos , Neurofisiología/instrumentación , Electrodos/normas , Óxido de Etileno , Esterilización/normas , Esterilización/instrumentación , Desinfectantes/clasificación , Desinfección/métodos , Desinfección/normas , Accidentes de Trabajo , Glutaral , Medicina del Trabajo/legislación & jurisprudencia , Hipoclorito de SodioRESUMEN
El SIDA y la hepatitis B son enfermedades producidas por agentes etiológicos virales que comparten las mismas vías de transmisión, a saber: el contacto sexual, el uso compartido de jeringas (drogadicción), las transfusiones y la vía transplacentaria. La probabilidad de transmisión a través de las prácticas neurofisiológicas, por el uso de electrodos de aguja o de superficie colocados sobre piel dañada, es mínima o inexistente. No obstante, dada la posibilidad potencial de la misma, el equipo de salud debe ceñirse al empleo de recomendaciones o normas de seguridad adecuadas a los fines de evitar la transmisión de paciente a paciente, así como de paciente al personal médico o técnico. Las normas propuestas contemplan la utilización de métodos de limpieza, decontaminación y esterilización de los materiales empleados, así como la forma de proceder ante casos de accidentes imprevistos. Las mismas están basadas en las Normas de Bioseguridad del Ministerio de Salud y Acción Social de la República Argentina, las guías para la prevención de la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana y de la hepatitis B del Centro para el Control de Enfermedades de los EE.UU. y las recomendaciones de la Academia Americana de Neurología