Pueden los efectos estroprogesénicos y de la terapia de reemplazo hormonal sobre la hemostasia incrementar realmente el riesgo de tromboembolismo venoso? / Can the effects of oestroprogestinici and hormone replacement therapy on haemostasis really increase the risk of venous thromboembolism?

El propósito de este trabajo es sugerir algunas consideraciones clínicas sobre el riesgo real de tromboembolismo venoso (TEV) resultante de combinaciones de antioconceptivos orales (CAO) y de terapia de reemplazo hormonal (TRH). El énfasis ha sido puesto en ekl rol real de las modificaciones hemostáticas y en los posibles diferentes riesgos derivados de variadas preparaciones. El debate queda abierto sobre el más alto efecto protrombótico de los llamados anticonceptivos de 3a generación y la explicación biológica de este efecto. La atención está puesta principalmente en el impacto real de TEV comparado con los beneficios indiscutibles de la CAO y de la TRH

Pueden los efectos estroprogesénicos y de la terapia de reemplazo hormonal sobre la hemostasia incrementar realmente el riesgo de tromboembolismo venoso? / Can the effects of oestroprogestinici and hormone replacement therapy on haemostasis really increase the risk of venous thromboembolism?

El propósito de este trabajo es sugerir algunas consideraciones clínicas sobre el riesgo real de tromboembolismo venoso (TEV) resultante de combinaciones de antioconceptivos orales (CAO) y de terapia de reemplazo hormonal (TRH). El énfasis ha sido puesto en ekl rol real de las modificaciones hemostáticas y en los posibles diferentes riesgos derivados de variadas preparaciones. El debate queda abierto sobre el más alto efecto protrombótico de los llamados anticonceptivos de 3a generación y la explicación biológica de este efecto. La atención está puesta principalmente en el impacto real de TEV comparado con los beneficios indiscutibles de la CAO y de la TRH

Seven-pathogen tricuspid endocarditis in an intravenous drug abuser. Pitfalls in laboratory diagnosis.

Polymicrobial endocarditis is being reported with increasing frequency in drug abusers. However, the full extent of infection may be unrecognized with routine blood culture techniques because of the overgrowth of more fastidious organisms by other pathogens. This report documents an intravenous drug abuser with the first reported case of tricuspid valve endocarditis involving seven pathogens, discusses pitfalls of routine blood cultures and examines the role of the laboratory in microbiologic diagnosis.