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2.
Rev. esp. cardiol. (Ed. impr.) ; 53(9): 1169-1176, sept. 2000.
Artigo em Es | IBECS | ID: ibc-2871

RESUMO

Introducción. En los pacientes con infarto agudo de miocardio tratados mediante angioplastia primaria, la incapacidad de obtener una reperfusión coronaria adecuada se asocia a una mayor mortalidad. El objetivo del estudio fue identificar qué características predicen una menor tasa de éxito angiográfico de la angioplastia realizada en la fase aguda del infarto. Pacientes y métodos. La población de estudio está constituida por los 790 pacientes con infarto que fueron tratados mediante angioplastia en las primeras 12 h de evolución en nuestro centro desde 1991 a 1999. Se definió éxito angiográfico en presencia de una estenosis residual inferior al 50 por ciento y un flujo TIMI 2 o 3 tras el procedimiento. Resultados. Se obtuvo éxito angiográfico en 736 pacientes (93,2 por ciento), y un flujo TIMI 3 en 652 (82,5 por ciento). Los pacientes con fracaso angiográfico tuvieron mayor mortalidad intrahospitalaria que aquellos con éxito angiográfico (48 por ciento frente al 10 por ciento; p < 0,01). Se asociaron a una menor tasa de éxito angiográfico la edad superior a 65 años (91 frente al 95 por ciento; p = 0,02), la ausencia de tabaquismo (90 frente al 96 por ciento; p < 0,01), el infarto previo (87 frente al 94 por ciento; p < 0,01), el tratamiento trombolítico previo (83 frente al 94 por ciento; p = 0,02), el shock (80 frente al 95 por ciento; p < 0,01), la localización indeterminada (67 frente al 93 por ciento; p < 0,01), la localización no inferior (92 frente al 96 por ciento; p = 0,04), el bloqueo de rama izquierda (64 frente al 94 por ciento; p < 0,01), la enfermedad multivaso (91 frente al 95 por ciento; p = 0,02), la fracción de eyección del ventrículo izquierdo inferior a 0,40 (89 frente al 97 por ciento; p < 0,01), la no utilización de stent (90 frente al 96 por ciento; p < 0,01) y el empleo de balón de contrapulsación (82 frente al 95 por ciento; p < 0,01). En el análisis multivariado, los predictores independientes de fracaso angiográfico fueron: el bloqueo de rama izquierda ( odds ratio [OR], 12,95; IC del 95 por ciento, 3,00-53,90), el shock (OR, 4,20; IC del 95 por ciento, 1,958,75), la no utilización de stent (OR 3,44; IC del 95 por ciento, 1,717,37), y el infarto previo (OR, 2,82; IC del 95 por ciento, 1,29-5,90).Conclusión. La angioplastia permite obtener la recanalización de la arteria coronaria en la mayor parte de los pacientes con infarto agudo de miocardio. Algunas variables, sin embargo, pueden identificar algunos subgrupos de pacientes en los que la obtención de un resultado angiográfico adecuado puede resultar más difícil (AU)


Assuntos
Pessoa de Meia-Idade , Idoso , Masculino , Feminino , Humanos , Angioplastia Coronária com Balão , Mortalidade Hospitalar , Infarto do Miocárdio , Estudos Retrospectivos , Prognóstico , Doença Aguda
3.
Rev. esp. cardiol. (Ed. impr.) ; 53(1): 27-34, ene. 2000.
Artigo em Es | IBECS | ID: ibc-2817

RESUMO

Objetivo. El objetivo del estudio es describir los resultados angiográficos y la evolución clínica intrahospitalaria de los pacientes tratados mediante angioplastia e implantación de stent en la fase aguda del infarto de miocardio. Métodos. Entre enero de 1992 y marzo de 1998, 268 pacientes con infarto fueron tratados mediante angioplastia e implantación de stent en nuestro centro. Se implantaron 366 stents (1,4 ñ 0,7 por paciente), siendo el 35 por ciento Palmaz-Schatz, el 26 por ciento Wiktor, el 21 por ciento Multi-Link y el 18 por ciento otros. La implantación fue electiva en 171 pacientes (64 por ciento), y la mayoría (91 por ciento) fueron tratados con aspirina y ticlopidina. Resultados. Se obtuvo éxito angiográfico en 258 pacientes (96 por ciento). El diámetro luminal mínimo se incrementó de 0,2 ñ 0,3 a 2,7 ñ 0,7 mm (p < 0,001), y el grado de estenosis disminuyó del 94 ñ 8 por ciento al 13 ñ 11 por ciento (p < 0,001).La mortalidad fue 15,3 por ciento (3,2 por ciento, 24,4 por ciento y 67,7 por ciento en los pacientes en Killip I, II-III y IV, respectivamente). La tasa de reinfarto no fatal fue 1,9 por ciento, y la de isquemia recurrente 9 por ciento. Ocho pacientes (3,0 por ciento) sufrieron trombosis del stent, y fue necesaria una nueva revascularización sobre la arteria responsable en 12 (4,5 por ciento). Conclusiones. La implantación de stent en la fase aguda del infarto se asocia a una elevada tasa de éxito angiográfico y a un buen pronóstico intrahospitalario. La mortalidad se concentra fundamentalmente en los pacientes con insuficiencia cardíaca al inicio del procedimiento (AU)


Assuntos
Pessoa de Meia-Idade , Idoso , Masculino , Feminino , Humanos , Angioplastia Coronária com Balão , Stents , Resultado do Tratamento , Infarto do Miocárdio
4.
Echocardiography ; 16(7, Pt 1): 689-699, 1999 Oct.
Artigo em Inglês | MEDLINE | ID: mdl-11175211

RESUMO

Stress interventions have been classically combined with cardiac catheterization recordings to understand the hemodynamic principles of valvular stenosis. Indices of aortic stenosis such as pressure gradient and valve area were based on simple hydraulic principles and have proved to be clinically useful for patient management during a number of decades. With the advent of Doppler echocardiography, these hemodynamic indices can be readily obtained noninvasively. Abundant evidence obtained using exercise and pharmacological stress echocardiography has demonstrated that the assumptions of classic hemodynamic models of aortic stenosis were wrong. Consequently, it is recognized that conventional indices may be misleading indicators of aortic stenosis significance in particular clinical situations. To improve diagnostic accuracy, several alternative hemodynamic models have been developed in the past few years, including valve resistance and left ventricular stroke work loss, among others. Nevertheless, these more-accurate indices should be obtainable noninvasively and need to demonstrate greater diagnostic and prognostic power than conventional indices; preliminary data suggest such superiority. Stress echocardiography is well established as the tool of choice for testing hypothesis and physical models of cardiac valve function. Although the final role of alternative indices is not yet well established, the new insights into valvular hemodynamics provided by this technique may change the clinical assessment of aortic stenosis.

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