RESUMO
Los niveles plasmáticos anormales de lípidos y lipoproteínas han sido reportados en estudios realizados en individuos sintomáticos y asintomáticos infectados con el VIH-1. La hipocolesterolemia e hipertrigliceridemia son los disturbios más frecuentemente observados en las diferentes fases de la progresión de la enfermedad. Estos cambios en el perfil lípidico se encuentran asociados a la activación viral y la consecuente respuesta immune, en especial, la producción de citoquinas. El estado del metabolismo de los lípidos puede ser aún más influenciado por enfermedades oportunistas y la anorexia. En consecuencia, la alteración del metabolismo lipídico podría contribuir a la progresión de la enfermedad, el síndrome de consumo y la elevada mortalidad frecuentemente observada en la infección por VIH-1.