RESUMO
Se presenta el caso de una mujer de 18 años que tras un accidente de tráfico tuvo una fractura abierta grado III-B de Gustilo de su rodilla izquierda, con pérdida cutánea por abrasión, así como de 2 tercios del cóndilo femoral y meseta tibial externa, de la mitad inferior de la rótula y destrucción completa del tendón rotuliano. También presentaba déficit motor y sensitivo del nervio ciático poplíteo externo. Tras el desbridamiento inicial en el área de urgencias y profilaxis antibiótica y antitetánica, a las 48 horas se realizó la cobertura cutánea con un colgajo libre de dorsal ancho. A los 10 días, se requirió nuevo desbridamiento por infección. Inicialmente se colocó una tracción transrotuliana que se retiró a las 2 semanas. A los 3 años se realizó artrolisis y reconstrucción del tendón rotuliano con aloinjerto de tendón rotuliano criopreservado. La paciente evolucionó de forma satisfactoria, pudiendo deambular sin necesidad de ortesis extensión completa de rodilla y déficit de flexión a 120°. Se revisa la literatura y se discuten las ventajas e inconveniente de las diferentes técnicas y tipos de injertos que se han utilizado para la reconstrucción de las lesiones crónicas del aparato extensor de la rodilla (AU)