RESUMO
Abstract Introduction: Esophageal trauma is a challenge because it may go unnoticed. These injuries are associated with high morbidity and mortality due to the increased risk of local or systemic infections that progress to sepsis and, finally, death. Objective: To describe a case of endoscopic management of a sharp force injury in the esophagus, which was corrected with hemostatic clips. Case description: A 28-year-old male patient with no significant history was referred due to a penetrating injury caused by a sharp weapon in region I of the neck at the sternal fork level. He had imaging findings suggestive of pneumomediastinum, so we opted for an endoscopic intervention with the initial plan of placing a fully covered esophageal prosthesis. However, given the location of the lesion and other risk factors, endoscopic management with hemostatic clips was performed, the evolution of which was satisfactory, and the patient was discharged without any complications. Conclusions: Esophageal perforation due to trauma continues to be a clinical situation that requires a high index of suspicion, so all tools for early diagnosis must be exhausted. Systemic complications such as mediastinitis must be avoided, given the high morbidity and mortality with which it is associated. Besides, each patient must be individualized according to their hemodynamic stability to determine the most appropriate intervention and reduce hospital stay. Endoscopy is an excellent alternative.
Resumen Introducción: El trauma de esófago resulta un reto porque puede pasar desapercibido. Estas lesiones se asocian a una alta morbimortalidad por el alto riesgo de infecciones locales o sistémicas que evolucionan a sepsis y, finalmente, a la muerte. Objetivo: Describir un caso de manejo endoscópico en una herida causada por arma cortopunzante en el esófago, la cual se corrigió con clips hemostáticos. Descripción del caso: Paciente masculino de 28 años sin antecedentes de importancia; remitido por una lesión penetrante por arma cortopunzante en la región I del cuello a nivel de la horquilla esternal. Tuvo hallazgos imagenológicos sugestivos de neumomediastino, por lo que se decidió intervenir por vía endoscópica con el plan inicial de colocación de prótesis esofágica completamente recubierta. Sin embargo, dada la localización de la lesión y otros factores de riesgo, se realizó un manejo endoscópico con clips hemostáticos, cuya evolución fue satisfactoria y el egreso del paciente se dio sin ninguna complicación. Conclusiones: La perforación esofágica por trauma sigue siendo una situación clínica que requiere un alto índice de sospecha, por lo que se deben agotar todas las herramientas para un diagnóstico temprano y evitar complicaciones sistémicas como la mediastinitis, dada la alta morbimortalidad a la que se asocia. Así mismo, cada paciente debe ser individualizado, según su estabilidad hemodinámica, para poder determinar la intervención más adecuada, con el fin de disminuir la estancia hospitalaria, y la endoscopia es una excelente alternativa.