RESUMO
Se trata de dos pacientes ancianos con historia de hipertensión arterial de varios años de evolución. El caso n.° 1, con patología arterioesclerótica severa del sector aortoilíaco, fue tratado con un inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) y presentó deterioro reversible de la función renal. Este dato hizo pensar en patología vasculorrenal y se realizaron pruebas diagnósticas que no confirmaron dicha lesión. El diagnóstico definitivo fue nefroangioesclerosis. El caso n.° 2, mujer de 78 años, con antecedentes largos de hipertensión, fundamentalmente sistólica, fue tratada con un IECA y furosemida. La suspensión de ambos fármacos normalizó la función renal. Las exploraciones complementarias demostraron la existencia de placas de ateromas en ambas arterias renales y el diagnóstico final fue hipertensión vasculorrenal bilateral.El interés práctico de ambos casos radica en que a la hora de elegir un fármaco del tipo IECA/ARA II en pacientes ancianos se debe valorar la posible existencia de patología ateroesclerótica en las arterias renales y monitorizar la creatinina sérica durante unos días (AU)