RESUMO
En 1997 se realizó un estudio descriptivo con énfasis cualitativo con objeto de documentar los conocimientos y las prácticas relacionados con la leishmaniasis cutánea, según el sexo, en los habitantes de 14 años en adelante de siete comunidades del departamento del Chocó, Colombia. Los residentes de esa zona de la costa del Pacífico estaban en alto riesgo de contraer leishmaniasis, que se conoce localmente con los nombres de bejuco y yateví, ya que las actividades de control llevadas a cabo por el Servicio Seccional de Salud del Chocó no habían tenido el éxito deseado. Se recogieron datos cualitativos involucrando directamente a cada comunidad en talleres de discusión y entrevistando a informantes calificados. Sobre esa base, se elaboró una encuesta de 10 preguntas cerradas, que los investigadores administraron a todas las presonas mayores de 14 años presentes en cada hogar elegido de forma aleatoria para ser visitado. Los resultados indican que 94 por ciento de la población estudiada conocía la leishmaniasis como una enfermedad de la piel y este concepto era más común entre los hombres que entre las mujeres. En cuanto a la forma de transmisión, 35 por ciento relacionaron la enfermedad con la picadura de un insecto, pero ignoraban el agente etiológico y consideraban que la producía un gusano que vive en el monte. En las comunidades estudiadas se empleaba una gran variedad de tratamientos para curar la enfermedad. Estos se basaban en el uso de plantas, sustancias químicas, quemadura de las lesiones con metales calientes y, en menor proporción, medicamentos. A pesar de que las mujeres tenían la responsabilidad de cuidar a los enfermos en el hogar, su falta de conocimientos sobre el tratamiento fue una variable de análisis estadísticamente significativa, pues no estaban familiarizadas con los tratamientos tradicionales de su comunidad. De las personas encuestadas, 45 por ciento no sabían como prevenir la enfermedad, especialmente las mujeres, según pudo observarse en 102 de 155 respuestas. No se encontraron diferencias atribuibles al género en los conocimientos y prácticas acerca de la leishmaniasis, con excepción de la falta de conocimiento de las mujeres acerca del tratamiento de la enfermedad. Esta investigación resalta la importancia de estudiar los conocimientos y prácticas de los habitantes locales antes de diseñar y organizar programas educativos sobre el control de la leishmaniasis
In 1997 a descriptive study with a qualitative emphasis was carried out in order to document, by gender, the knowledge and practices related to cutaneous leishmaniasis among inhabitants 14 years and older in seven communities of Colombia's Pacific coastal department of Chocó. Since the control activities carried out by the Chocó Sectional Health Services had not had the desired results, the residents of the region were at high risk of contracting leishmaniasis, which they called bejuco (liana) and yateví. Qualitative data were collected by directly involving each community in discussion workshops and by interviewing knowledgeable informants. Using these materials as a foundation, the researchers prepared a survey with 10 closed-ended questions, which they administered to all persons over 14 years of age in each randomly chosen home visited. The results indicate that 94% of the population knew that leishmaniasis appeared as a skin disease; those not knowing that were more often women than men. With respect to the mode of transmission, 35% of the respondents connected the disease to the bite of an insect, but they did not what the etiologic agent was and thought that the bite was inflicted by a worm that lives in the mountains. In the communities studied, the residents used a great variety of treatments to cure the disease. The treatments were based on plants, chemical substances, burning the lesions with a piece of heated metal, and, to a lesser degree, drugs. Despite being responsible for taking care of sick persons in the household, women were not acquainted with the traditional treatments used in the community. This gender difference in treatment knowledge was statistically significant, the only such statistically significant gender difference found in the research. Of the people surveyed, 45% did not know how to prevent the disease. This was more often true for women; 102 of the 155 respondents saying they did not know how to prevent the disease were women. This research emphasizes the importance of studying the knowledge and practices of local inhabitants before designing and organizing educational programs to control leishmaniasis.