RESUMO
En la presente revisión se exponen los diferentes mecanismos de infección parasitaria en el embrión y el feto, que implican generalmente la afectación de la madre y la placenta. Alteraciones de la inmunidad específica e inespecífica del recién nacido pueden justificar, entre otras razones, la aparición de infección parasitaria congénita debida sobre todo a protozoos, como Toxoplasma gondii y plasmodios de la malaria. La clínica, en estos casos, está definida por prematuridad, hepatosplenomegalia, ictericia, anemia y afección del sistema nervioso central, entre otros signos y síntomas. Las secuelas que producen algunos agentes parasitarios se pueden detectar tardíamente, como son las alteraciones oculares, motoras y auditivas, y el retraso mental. El diagnóstico materno precoz y el tratamiento efectivo de la mujer embarazada parasitada pueden hacer disminuir los casos de transmisión congénita de parásitos (AU)