Tratamiento inicial de la enfermedad de Parkinson clínicamente establecida / Initial treatment of clinically established Parkinson's disease

RESUMEN

Introducción. La enfermedad de Parkinson es una enfermedad cuyo diagnóstico continúa siendo clínico y aunque en la actualidad no existe una solución definitiva para la misma, se dispone de diversos fármacos para su tratamiento. Desarrollo. Se repasan los distintos fármacos que pueden tener su utilidad en la fase inicial de la enfermedad: L-dopa, inhibidores de la catecol-o-metil-transferasa, agonistas dopaminérgicos, inhibidores de la monoamino-oxidasa tipo B, amantadina, zonisamida y anticolinérgicos; así como terapias no farmacológicas. Asimismo se dan unas pautas sobre cómo emplear estos fármacos de una forma racional. Conclusiones. Actualmente sólo rasagilina ha cumplido los requisitos para poder ser considerada como tratamiento modificador de la enfermedad. L-dopa sigue siendo el mejor tratamiento sintomático, pero su utilización se asocia a aparición de complicaciones motoras. Los agonistas dopaminérgicos o los inhibidores de la monoamino-oxidasa tipo B pueden ser alternativas para retrasar el uso de la L-dopa. Zonisamida puede ser útil de inicio en pacientes jóvenes con cuadros de predominio tremórico. Los anticolinérgicos pueden ser empleados de forma excepcional para control de temblor parkinsoniano intenso no controlable con otros fármacos en pacientes jóvenes. El ejercicio físico, la hidroterapia y la terapia de la voz también pueden aportar beneficios (AU)

ABSTRACT

ntroduction. The diagnosis of Parkinson's disease continues to be clinically-based and although there is currently no definitive solution for it, a number of drugs are available to treat it. Development. Here we review the different drugs that can be useful in the early phases of the disease. These include: L-dopa, catechol-O-methyl transferase inhibitors, dopamine agonists, monoamine oxidase type B inhibitors, amantadine, zonisamide and anticholinergic agents, as well as non-pharmacological therapies. Likewise, guidelines are also provided on how to use these drugs in a rational way. Conclusions. At present, only rasagiline complies with the requirements to be considered a disease-modifying treatment. L-dopa continues to be the best symptomatic treatment, but its use is associated with the appearance of motor complications. Dopamine agonists or monoamine oxidase type B inhibitors can be employed as alternatives to delay the use of L-dopa. Zonisamide can be useful in the early phases in young patients with clinical pictures in which tremor predominates. The anticholinergics can be employed exceptionally to control intense parkinsonian tremor in young patients that cannot be controlled with other drugs. Physical exercise, hydrotherapy and voice therapy can also be beneficial (AU)