A survey to describe common practices on antifungal monitoring among Spanish clinicians / Monitorización de antifúngicos sistémicos: resultados de una encuesta distribuida en España

ABSTRACT

Introduction: We developed a survey to obtain information on the monitoring practices of major systemic antifungals for treatment and prevention of serious fungal infection. Methods: The survey included questions relating to methodology and practice and was distributed among 137 colleagues of the Study Group of Medical Mycology (GEMICOMED) from July to December 2019. Results: Monitoring was routinely carried out by most respondents, mainly for voriconazole, and was more likely used to determine the efficacy of the dose administered and less for minimizing drug toxicity. Most responders did not follow the strategies of voriconazole dosage based on CYP2C19 genotyping. Monitoring of posaconazole, itraconazole, or other azole metabolites was not carried out or scarcely demanded. Most responders rarely used flucytosine in their clinical practice nor did they monitor it. According to the answers given by some responders, monitoring isavuconazole, amphotericin B, caspofungin and fluconazole exposure would be also interesting in daily clinical practice in selected patient populations. Conclusions: The survey reveals common practices and attitudes towards antifungal monitoring, sometimes not performed as per best recommendations, offering an opportunity for education and research. Appropriate use of therapeutic drug monitoring may be an objective of antifungal stewardship programmes.(AU)

RESUMEN

Introducción: Describimos los resultados de una encuesta diseñada para obtener información sobre prácticas de monitorización de los principales antifúngicos sistémicos utilizados en el tratamiento y la prevención de la infección fúngica grave en España. Métodos: La encuesta, que incluye preguntas relacionadas tanto con metodología como con su uso práctico, se distribuyó entre 137 compañeros del Grupo de Estudio de Micología Médica (GEMICOMED), de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. Resultados: La mayoría de los encuestados respondieron utilizar la monitorización de antifúngicos de forma rutinaria, principalmente para voriconazol, y en especial para evaluar la eficacia de la dosis administrada y menos para minimizar su toxicidad. La mayoría de ellos no siguieron las estrategias de dosificación de voriconazol basadas en el conocimiento previo del genotipo CYP2C19, relacionado con su metabolización. Por el contrario, la monitorización de posaconazol, itraconazol o de algunos de sus metabolitos no se realizó o apenas se solicitó. La mayoría de los encuestados rara vez usan 5-fluocitosina en su práctica clínica y por tanto tampoco monitorizan su exposición. Un alto porcentaje consideraría de utilidad poder evaluar la exposición a isavuconazol, anfotericina B, caspofungina y fluconazol en determinadas situaciones en la práctica clínica. Conclusiones: La encuesta revela prácticas y actitudes hacia la monitorización de antifúngicos que en ocasiones no se realizan según las principales recomendaciones, lo que ofrece una oportunidad para la educación y la investigación. Abordar esta formación podría convertirse en objetivo de los programas racionales del uso de antimicrobianos a nivel nacional.(AU)