Embolización de arterias hipogástricas como tratamiento paliativo del sangradosecundario a enfermedad vesical o prostática intratable / Hypogastric arteries embolization as palliative treatment for bleeding secondary to prostatic or bladder diseases

RESUMEN

OBJETIVOS: El sangrado secundario a patología severa vesicoprostática (fundamentalmente enfermedad neoplásica y cistitis rádica) puede constituir un serio problema de manejo clínico por su morbilidad y exigencia de recursos en forma de ingresos, transfusiones y otras medidas. Se revisa el resultado de una casuística de pacientes embolizados por este motivo, su eficacia, tolerancia y efectos adversos. MÉTODO: Se revisan 8 pacientes a los que se practicó embolización de arterias hipogástricas o de sus ramas entre julio de 1998 y diciembre de 2001, analizando el motivo de la misma, efectividad y duración, tolerancia y secuelas. El acceso se realizó por arteria femoral derecha salvo en un caso que precisó de acceso por ambas femorales. La embolización se consiguió mediante coils y partículas. Todos los procedimientos se realizaron con anestesia local. RESULTADOS: Se realizaron 9 procedimientos en los 8 pacientes. 3 pacientes presentaban hematuria por cistitis rádica, 3 por carcinoma prostático y 2 uretrorragia después de cistectomía por carcinoma vesical y recidivas uretrales. La efectividad inmediata fue completa o casi completa en 7 de 9 embolizaciones, parcial en una y escasa o nula en otra. En 3 casos se realizó embolización selectiva de arterias distales y en el resto se embolizaron directamente los troncos hipogástricos, salvando la arteria glútea superior. La duración del efecto osciló entre 1 y 31 meses.4 pacientes fallecieron, 3 de ellos sin hematuria, uno por un proceso intercurrente y el resto por progresión de su enfermedad de base. Dos pacientes fueron intervenidos posteriormente por reaparición de la hematuria en uno y efectividad parcial en el otro que presentaba tumor uretral, practicándose cistectomía en el primer caso y uretrectomía en el segundo. Dos pacientes precisaron de la administración de mórficos tras la embolización, manejándose en el resto con metamizol magnésico. Sólo un paciente refirió discreta claudicación glútea de forma transitoria. CONCLUSIÓN: La embolización arterial percutánea constituye un arma eficaz en pacientes con hematuria o uretrorragia y patología severa del tracto urinario inferior en los que por su estado general, perspectivas de vida o estadio tumoral no son aplicables tratamientos curativos (AU)