2001 Cistectomía radical / 2001 Radical cystectorny

RESUMEN

Aunque los métodos que permiten conseguir una erradicación local del cáncer vesical incluyen Cistectomía total, radioterapia, o combinación de quimio y radioterapia, aún hoy en los albores del tercer milenio, se acepta casi de forma universal que la Cistectomía es el mejor tatamiento para el cáncer de vejiga, siempre y cuando el manejo endoscópico tenga muy pocas posibilidades de garantizar el éxito a largo plazo. Por ello, cuando el tumor invade muscular propia y cuando se trata de un cáncer T1 recurrente, particularmente si es de grado 3, o de un carcinoma in situ resistente a terapia endovesical, la cirugía radical debe considerarse la primera elección terapéutica. Teniendo en cuenta esa mejor capacidad para eliminar por completo el cáncer de la pelvis, la Cistectomía es, sin duda, la estrategia que permite un tratamiento más efectivo, con una tasa de recurrencia local de 10-20 por ciento.No obstante, la morbilidad y la dificultad de la operación pueden hacer que bien el paciente o el médico eviten su realización. Es posible que la indecisión terapéutica y la demora en la realización de la Cistectomía que dicha indecisión ocasiona, sean factores pronóstico de primer orden, debido a que la migración de estadio en el cáncer vesical infiltrante sucede en ur período relativamente breve. En el momento actual no existe ninguna estrategia superior a la cirugía en términos de control local y de supervivencia. Ahora bien, diversos estudios apoyan la práctica de quimioterapia adyuvante. Las estrategias de preservación vesical son, como poco, peligrosas y no deben proponerse como la opción ideal. La radioterapia asociada a cirugía y la quimioterapia de inducción son estrategias terapéuticas del todo obsoletas. El envejecimiento de la población plantea con mayor frecuencia el dilerna de la necesidad de cirugía radical en un paciente anciano. El conducto ¡leal no se ha abandonado, pero la generalización y la mejora en las técnicas de sustitución vesical ortotópica permiten reducir en gran medida el impacto sobre la calidad de vida y el efecto mutilante de la cistectomía, aumentando la autoestima de los pacientes afectos de cáncer vesical y mejorando su entorno psicosocial. (AU)