¿Es necesario un cambio profundo de la educación pediátrica? / Is a profound change in pediatric education needed?

RESUMEN

Aunque siempre resulta arriesgado, cabe un planteamiento sinóptico del futuro de la enseñanza de la Pediatría En primer lugar, es necesaria su adaptación al terreno de la Pediatría del siglo XXI con su panorama de enfermedades erradicadas, pero otras emergentes o reemergentes. En segundo lugar, tendrá en cuenta los acelerados progresos científicos, con las vacunaciones crecientes, unos métodos de diagnóstico más eficaces, pero más costosos, y los avances en el tratamiento, sin duda más activo, si bien con mayor yatrogenia. En tercer lugar, parece imposible dar marcha atrás al fenómeno de la especialización y superespecialización. Si resultan obligadas por la complejidad de los conocimientos, serán bien aceptadas cuando sigan considerando al menor como un todo. Se considerarán las modificaciones en el perfil profesional del pediatra, incluido cada vez más en un equipo multidisciplinario, donde debe mantener su posición directiva (AAP, 003), prestando atención al aumento de las demandas asistenciales (a pesar de la mejoría sanitaria media), pero también al incremento de las exigencias, tanto clínicas como administrativas y jurídicas. Hay una indudable influencia de la burocracia y de los responsables socioeconómicos que imponen sus normas dependiendo cada vez más el pediatra de los servicios nacionales de salud o de las grandes compañías aseguradoras. Se detecta el impacto especial de la nueva genética tanto en el diagnóstico como en la prevención y, algo más adelante, en la terapéutica, lo que va en parte paralelo al incremento de los dilemas bioéticos. Estos factores, y alguno más no citado, contestan a la pregunta inicial afirmando que parece oportuno un cambio en la enseñanza de la Pediatría, en el marco de dos actuaciones básicas la actualización metodológica y la conveniente armonización, europea y mundial (AU)