[Wheat, bread and pasta in Mediterranean diets]. / El trigo, el pan y la pasta en la Dieta Mediterránea.

Cereals in diets have varied along evolution trends in food patterns. Cereals are starchy foods and are the main source of polysacharides in the diet. In Mediterranean countries, cereals have been used in different ways, though they are mainly used as refined cereals. Wheat bread is one of the most commonly used. In the average Spanish diet, considerable changes have taken place since 1961 leading to a significant decrease in percent energy from carbohydrate. At the same time, percent energy from fat has increased as web as protein intake. These changes in the nutritional pattern reflect a continuous decrease in consumption of grains and cereals, pulses and potatoes. In the last decades, consumption of pasta however has increased as web as consumption of processed bakery products and biscuits. Scientific and epidemiological evidence show that cereals should be the main source of energy in the diet, in line with the so-called Mediterranean Diet. Polysacharides should provide 50-55% energy. In order to reach that goal, cereal, legumes and potatoes should be included in the daily diet as 4-6 portions. Whole grain cereales should be preferred or food preparations combining pasta, potatoes or rice with vegetables in order to reduce the glycemic index. Processed bakery products and biscuits should be consumed in moderation.

El trigo, el pan y la pasta en la dieta mediterránea / Wheat, bread and pasta in the mediterranean diets

La presencia de los cereales en la dieta ha variado en la evolución de los diferentes patrones de consumo alimentario. Los cereales son ricos en almidones y constituyen la principal fuente de hidratos de carbono complejos en la dieta. En los países mediterráneos, los cereales se han venido utilizando de diferentes maneras, aunque fundamentalmente se consumen como granos o harinas refinadas. El pan es una de las formas más tradicionales de consumo. Desde 1961 se ha reducido considerablemente la energía suministrada en la dieta media española a partir de los hidratos de carbono. Simultáneamente se ha incrementado el porcentaje de energía suministrado a partir de la ingesta grasa y también la ingesta de proteínas. Estos cambios en el perfil nutricional de la dieta traducen un acusado y progresivo descenso en el consumo de cereales, legumbres y patatas. En estas décadas, el consumo de pasta en España ha aumentado de manera notable, lo mismo que los productos de bollería y galletas. A la luz de la evidencia científica y epidemiológica disponible, podemos afirmar que el grupo de los cereales debe constituir la principal fuente de energía en la dieta. de acuerdo al patrón de Dieta Mediterránea. Los polisacáridos deben suministrar el 50-55 por ciento de la energía. Para conseguir este objetivo nutricional, es recomendable consumir 4-6 raciones/diarias de alimentos de este grupo, preferentemente a partir de cereales integrales, o bien en preparaciones culinarias que combinen arroz, pasta o patatas con verduras con el fin de reducir el índice glucémico. Es recomendable moderar el consumo de productos de bollería

Preferencias alimentarias en personas mayores de 60 años / Food preferences in a Spanish group of people aged 60 years and over

Fundamento: Los hábitos de consumo alimentario son de estructura compleja y en cada grupo de edad presentan características y determinantes peculiares. En este trabajo se describe el perfil de preferencias y aversiones alimentarias por grupos de alimentos, en un colectivo de personas mayores de 60 años no institucionalizadas. Métodos: Se ha realizado un estudio transversal sobre hábitos alimentarios en una muestra convencional de personas mayores de 60 años no institucionalizadas. El protocolo contemplaba un apartado sobre preferencias y aversiones alimentarias. La información se recogió mediante entrevista personal entre noviembre de 2001 y febrero de 2002. Resultados: En el estudio participaron 1255 individuos (508 hombres y 747 mujeres). El alimento preferido fue el pescado y el menos aceptado los embutidos. La bebida favorita era el agua. En el grupo de las verduras seleccionaron en primer lugar la lechuga y entre las frutas destacó una mayor apetencia por las manzanas. Dentro de las legumbres señalaron las lentejas como alimento favorito. Conclusión: El conocimiento de las preferencias y aversiones alimentarias de las personas de edad avanzada es útil con el fin de planificar intervenciones basadas en el consejo dietético y en la educación nutricional, así como para el diseño de menús adecuados para comedores de instituciones para mayores (AU)